El mundo es un lugar repleto de estereotipos. Y no hay mayor estereotipo que el que tienen los profesionales que se dedican a un sector en concreto. Esto es, precisamente, lo que ocurre con los traductores profesionales. Su figura está repleta de estereotipos. Pero…¿es cierto lo que se dice de ellos? ¡Es hora de sacarte de dudas!
Los estereotipos más comunes de los traductores profesionales
1- El traductor profesional que trabaja en pijama
En el sector de la traducción profesional es muy habitual que estos profesionales trabajen como autónomos o freelance. Esto nos lleva al primer estereotipo: los profesionales autónomos siempre trabajan en pijama.
¿Crees que esto es cierto? Es muy probable que los traductores autónomos se sientan tentados a trabajar en pijama, ya que lo hacen desde la comodidad de su hogar. Sin embargo, la mayoría de los profesionales con los que tratamos indican que prefieren vestirse, aunque sea con un chándal, para establecer una rutina adecuada de trabajo.
2- El traductor sabelotodo
Muchas veces se cree que por trabajar como traductores profesionales ya eres un diccionario andante. Nada más lejos de la realidad. El traductor profesional no tiene por qué saberlo todo, es más, se suele seguir formando a lo largo de su vida profesional para estar lo mejor preparado posible y hacer su trabajo correctamente. Así que no, tal vez, el tener un amigo traductor no quiere decir que este deba saber cómo se traduce cualquier frase al ruso.
3- El intérprete que es traductor
Tener que aclarar una y otra vez que trabajas como intérprete, pero que no eres traductor puede llegar a ser un poco frustrante, sobre todo por el hecho de que son dos profesiones distintas. Sin embargo, esto es algo a lo que tienen que enfrentarse una y otra vez los intérpretes. El traductor trabaja con la palabra escrita, mientras que el intérprete trabaja con el lenguaje oral.
4- El traductor al que todo le parece mal
Para este tipo de personas el cliente nunca tiene idea de cómo hacer las cosas. Y el que tiene la verdad absoluta es el propio traductor. Nada más lejos de la realidad. Cuando se trabaja con una agencia de traducción, por ejemplo, el traductor puede enviar sus comentarios o dudas al gestor de proyectos, pero no pone en duda la veracidad de los documentos que traduce.
En definitiva, sin innumerables los estereotipos que rodean la figura del traductor profesional, así que no te dejes engañar por ellos, la mayoría de los profesionales de la traducción no son como los pintan.