En el tercer trimestre del 2014 se publicó una nueva edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, más conocido como DRAE. En aquel año, esta edición dio mucho de qué hablar, sobre todo en lo que se refería a las acepciones que vulneraban la dignidad de las personas, entre otras, las acepciones machistas en la RAE.
La vigesimotercera edición de esta emblemática obra de referencia del castellano pretendía recoger, según sus autores, “el léxico general utilizado en España y los países hispánicos”. Nadie pone en duda que esta es una tarea ingente porque ¿cuántos términos definibles tiene el rico idioma español? (sin contar los modismos y giros idiomáticos propios de cada país o región, claro).
Como no podía ser de otra manera en una sociedad conectada por las redes sociales, la pertinencia, o no, de incluir o eliminar ciertas acepciones o definiciones en la edición del 2014 estaba en boca de todos, sobre todo porque la RAE había dejado abierta su puerta y su buzón a opiniones de toda índole.
De esta forma, numerosos colectivos, políticos, pensadores, académicos y hasta la Defensora del Pueblo se animaron a leer detenidamente el diccionario y se dieron cuenta – más vale tarde que nunca – de que algunos vocablos atentaban contra su “dignidad”.
Acepciones machistas en la RAE en 2014
Uno de los colectivos que encontró más términos que vulneraban su dignidad era el de las mujeres. Y es que, entre las casi 90.000 acepciones que incorporaba el DRAE, había algunas que quizá no deberían aparecer en esta sociedad del siglo XXI.
Y, como errare humanum est, los autores y responsables decidieron corregir o eliminar el significado de algunas acepciones machistas de la RAE. Desde Okodia, te enseñamos algunos de los ejemplos más llamativos que había en aquel entonces:
- Periquear: Dicho de una mujer: disfrutar de excesiva libertad.
- Hombre: Individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza.
- Femenino: Débil, endeble.
- Masculino: Varonil, enérgico.
- Padre: Varón o macho que ha engendrado. Cabeza de una descendencia, familia o pueblo. Padre de familia: jefe de una familia aunque no tenga hijos.
- Madre: Hembra que ha parido. Madre de familia: mujer casada o viuda, cabeza de su casa.
- Cocinilla: Hombre que se entromete en cosas, especialmente domésticas, que no son de su incumbencia.
Hacia nuevos horizontes
Esta acción en 2014 fue el inicio del cambio hacia una sociedad más igualitaria en cuanto al lenguaje de género. Aunque todavía queda mucho que recorrer, hasta la fecha de hoy y afortunadamente, el diccionario ha ido modificando términos, además de añadir y eliminar otros: el término periquear, por ejemplo, ya no está presente en el diccionario.
En 2017, además, se modificó la acepción de sexo débil, “conjunto de las mujeres”, añadiendo que su uso tiene una intención discriminatoria, así como la de sexo fuerte, “conjunto de los varones”, incluyendo su sentido irónico. En el año 2018, por su parte, se modificó la quinta acepción de la palabra fácil, que se refería a “mujer que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales” y en lugar de “mujer”, apareció la palabra “persona”.
Las novedades del 2019 se volvieron a caracterizar por otra ola de cambios feministas en las acepciones. Las palabras definidas como “hombre” o como “mujer” pasaron a ser definidas como “persona”. Por ejemplo, la palabra marisabidilla, que antes figuraba como “mujer que presume de sabia”, se definió en ese año como “persona que presume de sabia”. Además, se incluyó la variable femenina en términos que antes no la recogían con el objetivo de visibilizar a la mujer en profesiones, actividades y designaciones.
No obstante, todavía siguen existiendo términos como “cocinillas“, de cuya acepción solo se eliminó en su momento la aclaración “que no son de su incumbencia” y otros que, de la misma manera, reflejan desigualdades:
- Hombre público: “1. m. Hombre que tiene presencia e influjo en la vida social”.
- Mujer pública: “1. f. Prostituta”.
Introducción de nuevos términos
Lamentablemente, los cambios de la DRAE en el año 2020 no se enfocaron al género, ya que una pandemia dio mucho más de que hablar. No obstante, en el 2021 se introdujeron algunos términos relativos a la sexualidad y el género, como son transgénero. Además, si bien es cierto que la última actualización del diccionario, en diciembre de 2022, tampoco destaca por introducir muchos cambios de este tipo, sí que se caracteriza por la inclusión de la palabra micromachismo, “forma de machismo que se manifiesta en pequeños actos, gestos o expresiones habitualmente inconscientes”.
El lenguaje debería reflejar una sociedad que quiere verse reflejada e incluida en ese lenguaje. Por último, nos gustaría terminar este artículo con las palabras del académico y catedrático de Lengua española Pedro Álvarez de Miranda:
“Se trata de que el Diccionario sea mejor, no menos machista, sino de que lo que diga sea verdad. (…). Lo que no se puede pretender es cambiar la realidad a través del Diccionario. Si la sociedad es machista, el Diccionario la reflejará. Cuando cambia la sociedad, cambia el Diccionario”.
En algo (poco) tiene razón ¿no crees?