¿Una palabra, una canción puede afectar a nuestro estado de ánimo? ¿El idioma influye en las emociones? Por supuesto que sí. El frágil ser humano es tan sensible a las palabras como lo es a los aromas, el color o el roce de un copo de nieve.
Todos sabemos que escuchar “te amo”, “te necesito”, “ánimo” o “felicidades” puede cambiar en un instante nuestras emociones, pero ¿por qué el idioma influye en las emociones? Los traductores profesionales de Okodia nos hemos hecho esta pregunta y hemos llegado a unas conclusiones bastante interesantes…
El idioma más bello del mundo: la lengua materna
Las emociones se empiezan a cultivar desde bien temprano, desde que salimos al mundo y empezamos a percibir los estímulos y las palabras que resuenan en nuestro hogar. Así, para cada uno de nosotros, las palabras que aprendió en su primera infancia tendrán ciertos efectos emocionales diferentes en cada caso. Mamá, papá, pan, perro, sol, tita, abuelo, abuela, galleta, pueblo, playa, colegio… son vocablos que traducidos a diferentes idiomas pueden perder parte de ese significado emocional, ese tilín interno que reaviva recuerdos y hace que esos tiempos pasados vuelvan a tomar el control de nuestras vidas adultas.
Mamá y papá, términos universales
¿Te has fijado en lo parecidas que son las palabras “mamá” y “papá” en distintos idiomas?
Uno de los lingüistas más conocidos del mundo, Roman Jakobson, hizo una interesante investigación sobre estos dos términos que él llamó universales y encontró la explicación en el proceso de aprendizaje del habla.
Según Jakobson, a todos los bebés del mundo les resulta más sencillo articular vocales abiertas y, si te fijas, la “a” es la vocal más abierta de todas. Cuando siguen progresando en la difícil tarea de aprender a hablar, los bebés prueban con otras letras que también son fáciles de articular simplemente abriendo y cerrando los labios, es decir, descubren las letras consonantes “m”, y “p”. Juntando vocal abierta y consonante, tenemos como resultado el nacimiento de los esos primeros términos universales que necesitan de poca traducción: papá-mamá.
Despertar emociones… mucho más que con palabras
Lógicamente, el significado de las palabras tiene mucho que ver con el tipo de emociones que sentimos al escucharlas o pronunciarlas, pero hay otros aspectos del habla que influyen todavía más en nuestro ser interno: el tono y la musicalidad.
Lo vemos perfectamente en el caso de los niños pequeños y, también, en el caso de las mascotas que viven en familia: una misma palabra puede despertar reacciones y emociones completamente diferentes en función del tono con el que las pronunciemos. Haz la prueba, quizá te sorprendas del poder de las palabras…