¿Imaginas recurrir al Boletín Oficial de otro país para conocer el contenido de una ley y no enterarte exactamente de lo que pone porque su publicación esté plagada de errores? Eso es, precisamente, lo que puede ocurrir en el BOE. El Gobierno ha planteado traducir el BOE a las lenguas cooficiales de España. Sin embargo, en vez de recurrir a traductores profesionales online , ha optado por la opción más sencilla, económica y que puede tener más errores: la inteligencia artificial.
Traducir el BOE a las lenguas cooficiales
El español no es la única lengua que se habla en España. Junto a ella coexisten otras lenguas cooficiales, como el vasco, el gallego o el catalán. Hasta la fecha, el Boletín Oficial estaba solo en un idioma, en español. Sin embargo, la pluralidad lingüística de España ha llevado al Gobierno a decidir traducir el BOE a las lenguas cooficiales.
Según se ha publicado en Libertad Digital, el BOE comenzará a publicarse en catalán, gallego y vasco a partir de 2023. La Agencia Estatal del Boletín Oficial del Estado tendrá de plazo casi un año para poner en marcha su proyecto de traducción. de los textos del diario oficial.
El acuerdo se ha materializado a través de una enmienda transaccional a una proposición no de ley presentada por el PDeCAT en el Congreso. Según la misma, el proyecto para traducir el BOE se desarrollaría a través de la inteligencia artificial. Así, el Gobierno deberá trabajar en este proyecto durante el segundo semestre de 2022 y será efectivo ya en 2023.
Errores de traducir usando la IA
¿Qué dirías si tuvieras que hacerte una operación de rodilla y el médico te dijera que te va a operar una máquina? Seguramente, le dirías de todo y no te fiarías. Con la traducción del BOE usando la IA pasa exactamente lo mismo. No es la primera vez que en nuestra agencia de traducción en Barcelona hablamos de la traducción automática. La tecnología puede simplificar y agilizar muchas tareas, pero nunca sustituirá la labor de una persona.
En el mundo de la traducción profesional sucede lo mismo. Los profesionales de la traducción ofrecen más calidad y fluidez que las máquinas a la hora de traducir un texto completo. No es lo mismo que un traductor jurídico se ocupe de traducir al catalán el contenido de una ley, que hacerlo a través de Google Traductor, por ejemplo.
Entre los errores de la traducción automática, es fácil encontrar nombres propios traducidos, ‘false friends’ e incluso que el texto resultante siga el mismo orden sintáctico que el texto original, cuando no deba seguirlo.
Dejar en manos de la traducción automática sin supervisión profesional la traducción de un documento tan importante como el BOE es un error que podría costar muy caro. Aún hay tiempo de revertirlo y recurrir a la traducción profesional.