A lo mejor pueden creer que los traductores no hemos hecho ninguna gran aportación a la humanidad, pero nada más lejos de la realidad. Algunas de ellas son tan cotidianas y están tan enraizadas en nuestra vida diaria que ni nos damos cuenta de que son consecuencia de la traducción.
Un ejemplo de todo esto es la abreviatura que normalmente usamos en España para referirnos al miércoles.
En su forma abreviada, los días de la semana en español responden a su letra inicial, pero el miércoles, para no confundirse con el martes, se abrevia con una X. De modo que la secuencia de días de la semana abreviados en español suele ser LMXJVSD.
El origen del X como miércoles
El origen de que el miércoles se abrevie con una X parece estar en la Escuela de Traductores de Toledo. En ese tiempo los traductores españoles realizaron una colosal tarea, traduciendo textos clásicos a la lengua romance de la España medieval.
Por aquel entonces no existía la Real Academia Española, pero aquellos traductores hicieron un gran esfuerzo por unificar la ortografía y el uso de la lengua a la que querían dar prestigio.
Los manuscritos de ese tiempo contenían gran cantidad de abreviaturas, y la que se asignó al tercer día de la semana fue la de la letra X. Ahora bien, el supuesto origen de esa X varía según las fuentes.
Algunas aseguran que hace referencia a Alfonso X el Sabio, el monarca que alentó la labor de la Escuela de traductores de Toledo y que tanto empeño puso en normalizar el español de aquella época para que su prestigio pudiera llegar a equipararse algún día al del latín.
Otras fuentes explican que el miércoles es el día dedicado al Dios Mercurio, cuyo étimo latino se escribe Merx (mercancía), y de ahí la X. Otras teorías también apoyan la escritura medieval de Cristo como Xpi como origen de esa X en referencia al miércoles de ceniza.
En mi humilde opinión, que de nada cuenta, la primera y última de esas tres teorías me parecen un poco traídas por los pelos. La segunda de ellas es la que más plausible me parece.
Conociendo a los traductores, que tanto nos gustan los étimos y no nos gusta dejar el rastro de lo que un día fueron las palabras que hoy usamos sin ser conscientes de lo que fueron. Si un traductor medieval de Toledo dijo un día a sus colegas de profesión: “chicos, el miércoles tiene la misma inicial que el martes y va a ser muy confuso abreviar los dos con la misma letra. ¿Por qué no usamos la X del étimo latino para la abreviatura de miércoles?”
Puedo imaginarme perfectamente la emoción que eso suscitó entre sus compañeros de profesión, ¡institucionalizar una abreviatura derivada de un étimo!
Por supuesto, al jefe le dijeron que lo hacían en su honor, para perpetuar por los siglos de los siglos el nombre de Alfonso X el Sabio. Así son los traductores.