En el apasionante mundo de la traducción y la interpretación, el trabajo colectivo es muy necesario. Y precisamente ahora, en los tiempos tecnológicos que corren a la velocidad de un rayo, más que nunca. En Dándole a la Lengua, el podcast de nuestra empresa de traducción, tuvimos la oportunidad de conversar con Maya Busqué, traductora, intérprete de conferencias y representante de APTIC en la Red Vértice para adentrarnos en este fascinante proyecto que une a asociaciones de traductores, intérpretes y correctores de toda España. ¿Quieres conocerlo?
Pues prepárate, ¡te dejamos los mejores momentos de una entrevista llena de reflexiones sobre la necesidad de remar todos juntos en la misma dirección!
Los mejores momentos de nuestra entrevista sobre traducción, interpretación y la Red Vértice
Con Maya, exploramos cómo la red Vértice fomenta la unidad en el sector de la traducción, los retos que enfrenta y su visión sobre el futuro de esta bonita profesión por la que vale la pena luchar:
Explícanos un poquito qué es eso de la Red Vértice.
La red Vértice es una red en la cual están presentes las veinte asociaciones de traductores, intérpretes y correctores que hay en toda España, fomentando así el intercambio entre ellas y aprovechando los recursos unas de otras. Gracias a ella, hemos podido conseguir muchas cosas que seguramente cada una de nosotras, como asociaciones, no podríamos haber conseguido.
Es precisamente eso que dicen de que la unión hace la fuerza. La información circula entre nosotros y cuando sucede algo que nos parece injusto en el sector, nos movilizamos y tenemos a todas las asociaciones pronunciándose. En eso consiste Red Vértice, en que haya esta movilización porque a veces los traductores, los intérpretes o los correctores individuales son como pececitos en el mar que se tienen que enfrentar a grandes tiburones y la única forma de enfrentarse a ellos es a través del asociacionismo.
Además, en el ámbito de la traducción no es obligatorio asociarse. No es como, por ejemplo, como los médicos o los abogados que se tienen que colegiar, ¿no?
No es obligatorio, desde luego. Pero sí que es muy beneficioso para cualquier persona que empiece en este mundo porque la información es poder y desde una asociación vas a tener a tu disposición una serie de recursos y de personas que han pasado por lo que tú estás pasando que te pueden dar desde consejos hasta posibilidades laborales. Pero también es muy conveniente que se impliquen, porque es esa implicación la que realmente redunda en beneficios para ellos mismos y para todos.
¿A qué retos externos se enfrenta la Red Vértice?
Nuestro reto es visibilizarnos más. Esto está empezando a cambiar, pero tenemos que cambiarlo todavía más. Tenemos que aprovechar más esta posibilidad que tenemos de luchar por causas de una forma conjunta…
Y dar un poco más de guerra, porque el mercado está ahora mismo como para dar mucha guerra, tanto desde la administración, hasta las empresas que cada vez se aprovechan más de la problemática de la gente, especialmente, con todos estos problemas que están saliendo con la inteligencia artificial.
¿Y qué opinas sobre el uso o abuso de esta tecnología a la hora de realizar una traducción?
Bueno, todos los avances hay que tenerlos en cuenta, hay que incorporar aquello que resulta beneficioso y rechazar aquello que provoca problemas.
La inteligencia artificial está plagada de sesgos porque está programada por personas que tienen sesgos. Hay que ir con muchísimo cuidado con eso. Muchas veces te traduce, por ejemplo, scientist, en masculino, directamente, porque la ciencia hasta hace poco era cosa de hombres. Pero las máquinas de momento no piensan y para eso estamos nosotros, para aportar ese pensamiento crítico. Y luego están las incoherencias. Porque si tú pasas un texto por un sistema de traducción automática el resultado es un texto donde, de repente, un you está traducido como tú, vosotros, usted y ustedes de manera aleatoria.
Pero, más allá de eso, le falta alma al texto. Es frío, es malo. Si queremos seguir siendo relevantes, tenemos que aportar algo que nos diferencie. Y cada vez es más difícil porque las máquinas están avanzando. Nosotros tendríamos que centrarnos en los detallitos, en darle más alma que nunca a nuestros textos, discursos y a nuestra vida en general. En definitiva, en ser más humanos que nunca.
Siempre se habla de la IA en el ámbito de la traducción, pero ¿cómo está el tema en el ámbito de la interpretación?
Yo creo que nos puede ayudar mucho en la parainterpretación. Por ejemplo, en la preparación de una interpretación y en la confección de glosarios, que es fundamental, porque un intérprete no llega allí, aprieta un botón y listo. Se prepara, confecciona glosarios, investiga sobre el tema…
Pero si ya ocurre con los textos, con los discursos orales todavía más, imagínate que no entiendan lo que quiere decir… Por otro lado, hay muchas más fuentes de errores: primero está el paso de voz a texto, luego la traducción automática y, finalmente, la reproducción a otra voz.
Pero lo más importante es que hay un ochenta por ciento del texto que es no verbal, que tiene que ver con las intenciones, con las emociones… Y eso es algo que reconocemos los humanos. De hecho, si tú te acercas a una cabina de interpretación, verás a los intérpretes gesticulando, porque intentamos trasladar no solamente lo que se dice, sino cómo se dice.
Cuando interpretas, ¿cómo solucionas cuando no entiendes algo en ese momento?
Por supuesto, puede ocurrir y, si es consecutiva, puedes preguntar si no has entendido una cosa. Muchos intérpretes tienen miedo, como “si pregunto voy a quedar fatal”:
No, lo que queda fatal es no preguntar y hacerlo mal.
Pero en simultánea no tienes esa posibilidad. Si no lo has entendido, no lo has entendido y hay que salir de ahí de la mejor manera posible. Puede ser por mil motivos: el acento del ponente, la dificultad temática, algo que tú en ese momento no has entendido o no conoces, la velocidad… y son las tablas las que te dan la forma de solucionar eso utilizando la información contextual, diciendo algo que esté enlazado con lo que se está diciendo… Pero no inventártelo. Hay cincuenta mil recursos. Es mejor omitir una palabra que no has entendido y poner un etcétera o recurrir a un hiperónimo para tapar el hipónimo.
Claro, no lo puedes hacer todo el tiempo, además los términos no son tan importantes como creemos. El problema más grande es cuando no estás entendiendo la historia.
Maya concluye con unas palabras de alentación…
Espero que las máquinas nos dejen seguir ejerciendo. A veces, cuando te gusta mucho lo que haces, parece que puedes aceptar cualquier cosa…
Y no. Justamente porque me gusta mi trabajo quiero respetar las condiciones de ese trabajo.
Ahora mismo hay muchas presiones tirando hacia abajo el sector. Todos estamos intentando luchar, porque trabajamos para pagar las facturas y para vivir.
Es un momento muy delicado en el que toda la sociedad se tiene que unir para proteger esa maravillosa profesión. El problema es que la gente cada vez tiene menos nivel de exigencia. Tenemos que volver a lo que nos hace humanos en un momento de velocidad: a la atención, a la meticulosidad, al mimo, al cuidado, al disfrute tranquilo de la cultura… Porque eso también es cuidar el lenguaje. No solamente cuando lo creas, sino cuando lo recibes.
Todos, más allá ya de las asociaciones, tenemos que mimar un poquito más nuestro lenguaje.
Sé más humano que nunca
Maya nos ha recordado lo esencial que es el asociacionismo para fortalecer nuestra profesión como traductores profesionales y enfrentar los retos actuales, debidos especialmente al avance imparable de la tecnología. Pero también nos deja un mensaje crucial: debemos reivindicar nuestra humanidad, cuidando el lenguaje y el alma que aportamos a nuestro trabajo y a la vida, en general. Solo así podremos proteger este oficio y mantenerlo vivo.
¿Y tú? ¿Ya te has asociado?
¡Aquí tienes la entrevista completa!