Tras hacer unas prácticas en la ONU, el destino le puso en bandeja un trabajo en Okodia – Grupo traductor. Un trabajo que se podía desempeñar desde casa, ya que desde su nacimiento, la agencia de traducción ha apostado por el trabajo. Natalia forma parte de nuestro equipo de Gestión de Proyectos, ¡ya lleva más de 6 años en esta pequeña-gran familia! ¡Y a seguir sumando!
– ¿Cuáles son tus tareas diarias?
Esto es algo que me pregunta mi entorno muy a menudo. A día de hoy no todo el mundo sabe qué es una agencia de traducción, ni en qué consiste mi trabajo como Gestora de Proyectos. Digamos que soy el vínculo entre el cliente y el traductor y quien hace funcionar todo el proceso. Además soy responsable de que el trabajo realizado sea impecable, pero esto pasa por un abanico muy amplio de tareas, algunas tangibles pero otras menos.
Analizamos los proyectos y las necesidades que nos plantea el cliente, escogemos al traductor idóneo para cada proyecto o para cada fase que va a requerir, así como los plazos (haciendo malabares a su vez con las necesidades del cliente, claro). Nos adelantamos a posibles complicaciones y las prevenimos (¡tenemos la visión de futuro muy desarrollada!), solucionamos las dudas que pueda tener el traductor o imprevistos que surjan a lo largo del trabajo. Por último, nos aseguramos de ofrecer un resultado óptimo y que cumpla los requisitos de cada cliente. ¡Te aseguro que esta es una versión muy resumida de nuestro a día a día!
– ¿Qué te animó a empezar a trabajar en Okodia?
Tras finalizar unas prácticas en la ONU, el destino me puso la oferta de Okodia en el camino: una empresa cercana, con una visión muy fresca y vital y que apostaba por el teletrabajo (algo desconocido por aquel entonces). Probé suerte y me dieron la oportunidad de formarme y aportar mi granito de arena en un puesto que siempre había querido desempeñar desde que asistía a la universidad.
– ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo diario en Okodia?
Además de que cada día es una aventura que no sabes qué deparará, me encanta el hecho de que es un trabajo donde interaccionas con todas las partes implicadas dentro del proceso: clientes, traductores, compañeros… Da pie a recibir sensaciones muy bonitas de mucha gente. Por supuesto que hay momentos complicados, pero resulta muy gratificante cuando un cliente está contento no solo con el resultado del trabajo, sino con la manera en que gestionas todas sus peticiones o las complicaciones, cuando ve el valor humano que aportamos a la gestión. O saber que haces tanto por los traductores cada vez que les ayudas con un problema (te lo agradecen compartiendo algún pedacito de su vida, una fotografía, una anécdota…).
– ¿Por qué te interesa el mundo de la traducción?
Desde pequeñita, en general, notaba un especial interés por la comunicación (y ver dibujos animados en otro idioma estoy segura de que ha ayudado también jajaja). Cuando empecé a dominar el inglés, me encantaba la sensación de poder ayudar al otro a entender algo, entender a los demás cuando viajaba… En esencia, la traducción me parece una labor social de un modo u otro.
– ¿Qué es lo más curioso (extraño, raro o agradable) que te ha ocurrido a lo largo de todo el tiempo que llevas trabajando en Okodia?
Como algo “especial”, en estos años, he salido de la rutina de mi trabajo habitual como gestora de proyectos. Por ejemplo, al reunirme con algún potencial cliente para exponer nuestros servicios, encargarme de la formación de alguna compañera…
Como anecdótico, cuando algún cliente te escribe un email dirigiéndose a ti con un nombre completamente distinto al tuyo, cuando los traductores nos envían fotos de sus hijos (detalles que nos sacan siempre una sonrisa detrás de la pantalla), o esas veces que recibimos 8000 palabras para traducir en un par de horas… Te aseguro que no nos aburrimos.
– ¿Cómo describirías el mundo de la traducción?
Bastante desconocido e incomprendido. Por suerte, más y más empresas constatan la necesidad de traducir sus productos o servicios, el valor que esto tiene y lo que consiguen a cambio con ello, y se empieza a conocer el trabajo que hay detrás.
– Hay quien dice que el mundo de la traducción es difícil y muy complicado, después de todo el tiempo que llevas trabajando en Okodia, ¿crees que es así? ¿Por qué?
Desde el punto de vista del traductor, es un mundo muy muy competitivo, donde cuesta meter la cabeza. Si algo he aprendido es que, como en muchos otros ámbitos, hoy en día hay que aportar un gran valor añadido para que alguien quiera contar contigo. Por suerte, nosotros nos apoyamos en una gran red de profesionales que lo dan todo por su trabajo y muestran una gran pasión por lo que hacen. Hacen fácil lo difícil.
– ¿Qué consejos darías a empresas que están pensando en si deben o no traducir sus contenidos?
Creo que hoy en día toda empresa aspira a llegar al mayor público posible, pero no vale de cualquier modo, hay que conectar. Cualquiera de nosotros escogemos una empresa u otra, para cualquier servicio o producto, en función del feeling que nos transmite, de si nos sentimos cuidados.
– ¿Cuáles han sido tus mejores logros?
A día de hoy, me enorgullezco de haber conseguido estudiar la carrera y trabajar a la vez, para echar una mano en casa, y de dar lo mejor de mí en el día a día.
– ¿Cuáles son tus mayores aficiones? ¿En qué empleas tu tiempo libre?
Una buena conversación con una amiga, ir al teatro, viajar con mi pareja, me encantan las películas de intriga, probar nuevos restaurantes… y tengo un vicio inconfesable (¡ups!) por el Tetris.
– Un país donde te gustaría vivir.
Siempre digo que me encantaría vivir una temporada en una ciudad con mar. Creo que es magia. Una ciudad donde ya he vivido y que siento como un hogar, Niza.
– ¿Hay algún idioma que te llame especialmente la atención? ¿Por qué?
¡Me encanta el griego! Tan cantarín… y más fácil de lo que parece. En la universidad estudié 3 años seguidos y he de decir que llegué a manejarme francamente bien… Ahora no recuerdo ni tres palabras.
– ¿Cómo y dónde te ves dentro de 10 años a nivel profesional?
Trabajando con la misma pasión que hoy, con una buena conciliación con mi vida personal e, idealmente, desde algún lugar idílico a pie de playa 🙂