La serie coreana El Juego del Calamar está dando mucho que hablar. No solo por la influencia que ha generado entre los más jóvenes, sino por la traducción audiovisual que se ha hecho de ella. Porque un buen producto cinematográfico no se vende solo. La traducción profesional se ha convertido en un aliado para conseguir llevar a la cima series y películas. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando hablan de ti por la mala traducción?
Eso es precisamente lo que ha sucedido con la serie El Juego del Calamar. Cuando se recurre a traductores profesionales uno advierte que los diálogos reflejan lo mismo que la original: humor, ironía, tristeza… Eso es, precisamente, de lo que se ocupa el profesional de la traducción.
Sin embargo, varios episodios de El Juego del Calamar ponen de manifiesto que la traducción audiovisual realizada ha sido deficiente. La hipótesis más extendida es un supuesto ahorro de costes que habría provocado que se recurriera a la traducción automática y poco después a una revisión por parte de un profesional.
Errores de traducción
La Asociación de Traducción y Adaptación Audiovisual de España (ATRAE) ha denunciado la situación. Según indican, advierten de que se ha utilizado la posedición a la hora de traducir El Juego del Calamar. Esta técnica consiste en utilizar una máquina para traducir todo el contenido y una vez se ha hecho el trabajo, pasarlo a un traductor para que corrija los errores cometidos por la máquina.
Entre los errores de traducción más destacados en El Juego del Calamar figuran incoherencias de tratamiento como es el hecho de que los personajes pasen de tutearse a llamarse de ‘usted’ sin razón aparente.
El primer capítulo, titulado ‘Luz verde, luz roja‘, también contiene errores de traducción. Las principales asociaciones denuncian que no ha habido un trabajo de revisión de la traducción. El título del capítulo hace referencia al primer juego al que tienen que jugar, algo que luego de denomina ‘escondite inglés’.
Por otro lado, en algunas escenas se utiliza la frase ‘go first‘ en alusión a ‘elige primero’, algo que un traductor humano hubiera sabido por el contexto. No obstante, la máquina lo traduce como ‘dejaré que vaya primero’. Ain duda, estos errores de traducción audiovisual no hubieran ocurrido de haber contado con un equipo de traductores profesionales.