«Quien tiene boca, se equivoca». ¿Alguna vez has oído esta frase? Es un clásico en los juegos infantiles. Y… ya que se usa tanto, la tomamos prestada para este post sobre errores de traducción. Porque… lo creas o no cuando uno aprende otro idioma comete muchos errores. Sí, de esos errores tontos que años después recuerdas con cierta sonrisilla en los labios y un pensamiento de: «¡Ay, por Dios, ¿de verdad dije eso?». Hemos recopilado una serie de historias que nos han contado los traductores profesionales de Okodia. Y es que aquí, quien más y quien menos, ha sido aprendiz alguna vez y se ha tenido que lanzar a la piscina sin flotador. Lo importante es aprender de ese ‘chapuzón’ para salir a flote y convertirse en un buen profesional. Y por aquí hay casos de éxito de errores de traducción que lo avalan.
Hambre de pato
Cuando uno es joven, universitario y da la casualidad de que asiste a una universidad en la que se hablan dos lenguas: el español y el catalán, es más que probable que se cometan errores al intentar comunicarse en el idioma catalán (sobre todo si no tiene buen manejo de él). Seguro que a vosotros también os ha ocurrido alguna vez el intentar decir una palabra en otra lengua e intentar extranjerizar un poco un vocablo español para que diera el pego. No sois los únicos, conocemos a quien empezando a soltarse en catalán con unos amigos habló de ‘pats’ en vez de decir ‘ànec’ (pato). «¡Y uno se queda tan tranquilo después de soltarlo!».
La ‘maquineta’
Ahora nos remontamos a la niñez de una de las profesionales que trabajan en Okodia. Por motivos laborales de su madre, tuvo que acompañarla en uno de sus viajes de trabajo de Cataluña, donde residían, a Madrid. Para que se entretuviera, le dieron un papel y unos lápices para colorear con la fortuna de que a mitad de la faena, se quedó sin punta y tuvo que ir a pedir un sacapuntas. «Perdone, señora, necesito una maquineta». «¿Para qué quieres una máquina pequeña?». Cuanto más insistía la niña, menos comprendía la mujer. La frustración fue tal al no recordar la palabra ‘sacapuntas’ en español que tuvo que acudir su madre en su auxilio.
La mujer-caballo
La primera incursión al extranjero de un adolescente es apasionante a la par que llena de anécdotas en lo que al idioma se refiere. En este caso, un viaje de estudios a Dublín y la visita a una gran casa de campo donde había cuadras con caballos trastabillaron una sencilla frase en inglés para preguntarle a una lugareña si los caballos eran de ella. ¿El resultado? Preguntarle si ella era un caballo (Are you a horse?) para poco después, viendo la cara de susto de la mujer, afirmarlo (Oh! You are a horse!).
Fingiendo ser…
Los falsos amigos en cualquier idioma son lo peor que hay. ¿Quién no ha dicho alguna vez en inglés ‘I’m constipated’ (estoy estreñido) queriendo decir que estaba resfriado? Una de nuestras traductoras pasó un mal trago en público cuando era una estudiante Erasmus al asegurar «pretended to be translators». Ella quería decir que querían ser traductores cuando en realidad lo que dijo fue que fingían serlo. ¡Una anécdota más para el recuerdo!
Cuestión de ‘eses’ y de prestar atención
Las ‘eses’ en inglés son el eterno caballo de batalla de los españoles, sobre todo de aquellos que provienen del sur y que se las comen habitualmente cuando hablan, sin embargo, prestar un poco de atención no va del todo mal cuando se trata de hablar del contenido de una página web o del recipiente. Por ejemplo, en inglés ‘content’ es el contenido de una web, mientras que ‘contents’ hace alusión a lo que contiene un recipiente o el tema de un libro o una carta. Y hablando de prestar atención, las prisas en traducción son traicioneras.
Uno de los últimos encargos que recibimos en Okodia-Grupo traductor nos pedía una traducción en francés de un documento. Sin embargo, algo debió pasar porque leímos que lo querían en inglés dándonos cuenta del error cuando ya casi lo habíamos terminado. A pesar de todo, nuestros supertraductores consiguieron tener el encargo correcto a tiempo. De los errores siempre se aprende y si son errores de traducción, todavía más.