La traducción literaria es un trabajo fascinante, pero también complejo y lleno de desafíos. Y si no, que le pregunten a la traductora literaria Scheherezade Surià. En “Dándole a la lengua“, el podcast de nuestra agencia de traducción, queríamos adentrarnos en la realidad de este mundo y tuvimos la suerte y el placer de hacerlo de su mano.
¡Aquí tienes algunos de los momentos más destacados de esta charla!
Los mejores momentos de nuestra entrevista con la reconocida traductora literaria
Con más de cien libros traducidos a sus espaldas, Scheherezade nos ofrece una mirada sincera sobre su experiencia y la realidad detrás de la traducción literaria, los retos y recompensas que ofrece este trabajo.
¿Qué características crees que debe tener un buen libro para que enganche?
Yo creo que es sobre todo muy importante una historia que enganche con personajes con los que te puedas sentir identificada… o con los que no, es decir, aquellos que te sacan completamente de la realidad. Que tenga algo que te haga clic y que en las primeras páginas ya te tenga obsesionado para que no acabe en la mesilla de noche.
¿Y qué es lo primero que se te pasa por la cabeza cuando recibes encargos que con solo leer el título te descolocan? Por ejemplo, “Cincuenta y dos cosas que hacer en el baño”, que seguro que te suena de algo.
Pues la verdad es que son como un caramelito. Este en cuestión lleva muchas curiosidades y tiene muchos juegos de palabras, algo que, como traductora, es todo un reto, pero que a la vez resulta motivador. Cuando trabajas en un texto que es más sota, caballo y rey, la traducción es un pelín más automática, pero cuando tienes estos libros que requieren un poquitín más de creatividad, que tienes que estar más centrada buscándole la vuelta a todo, son como un pequeño premio.
Ahora mismo, ¿cuántos libros has llegado a traducir tú hasta la fecha?
Más de cien. Ya al llegar al cien dejé de contar. Pero claro, cuando hablamos de estas cifras, pueden ser cosas muy pequeñas o pueden ser incluso sagas.
Al final eso va por volumen y a veces parecen unas cifras desorbitadas, pero tienen su sentido.
Es que es lo que más me gusta de traducir porque aunque sean textos de diferente tipo, siempre aprendes. Una semana puedes estar con un libro infantil sobre aves investigando los tipos de pájaro y sus sonidos en YouTube y otra con un webtoon sobre lenguaje súper moderno y coloquial de ahora…
¿Influye en los proyectos de traducción literaria la velocidad lectora que puedas llegar a tener?
Depende más del tipo de texto que tengas entre manos. Hace poco entregué una novela fantástica juvenil, con un idioma y unas frases muy poéticas, de una época casi medieval y eso sí que me hacía ir un poquitín más lenta, pero más por el trasvase y por el tipo de texto que era, que no por el hecho de leerlo. Hay algunas cosas que son más complicadas de trasvasar y eso sí que influye en la velocidad.
¿Cómo logras llegar a todo? Porque eres mamá, influencer, traductora, también das charlas y algún cursillo…
A veces no llego y a veces llego medio loca, que eso es lo que no se ve. Al final hay ayudas, evidentemente. También araño algunas horas durante el fin de semana si hay que terminar algo. Todo lo que es comunicación en redes, blog, etcétera, es algo que siempre voy teniendo en borradores. Al final yo me veo un poco como un pulpo: intento llegar a todo, pero algún brazo se queda por ahí colgando.
También con el tiempo, priorizas las cosas. Así que al final hago lo que puedo. Algunas cosas salen bien, otras no salen. Pero supongo que también así es la vida.
Nuestros seguidores también nos han ido mandando alguna preguntilla. Por ejemplo, ¿cuándo se cobra por página, por caracteres o por tipo de documento?
Depende de muchas cosas. Tú puedes tener como traductora autónoma tu lista de tarifas y de conteo, pero en editorial, cada editorial tiene su manera de hacer el recuento. Hay editoriales que quizá te pagan por dos mil cien caracteres de traducción, algunas de las grandes aplican directamente los mil caracteres con espacios y el precio es distinto. Si es cómic, normalmente se cobra por página. Si es un cuentito muy pequeño, se hace a veces a tanto alzado. Así que depende muchísimo del tipo de proyecto y de la editorial que te lo encargue.
Hablemos de errores de traducción. ¿Te has encontrado muchos errores de traducción en otros libros que no hayas traducido tú?
Sí. Y en los míos, si los abriera, seguro que también, aunque no lo suelo hacer porque a veces es abrir la página al azar y hay un gazapo. Creo que es inevitable porque un libro pasa por muchas manos y yo puedo fallar, el corrector puede pasarlo por alto o en maqueta se cambia algo y queda eso mal puesto.
Lo que suele pasar en una traducción es que ese libro no se va a editar y vender solo en España, sino que también va a Latinoamérica. En ese paso, puede haber cambios de palabras o de expresiones. Por ejemplo, vi un error publicado en redes en el que ponía “me fui a Nueva Suéter”.
Y dices, claro, Nueva Suéter, eso era Nueva Jersey.
Supongo que dijeron, al pasarlo a Latinoamérica, que ahí no se dice jersey, sino suéter. Hicieron un buscar-reemplazar sin mirar nada más y aquello salió impreso así. Erratas puede haberlas en muchos sitios y yo doy fe de que todos en la cadena del libro intentamos que el libro salga impoluto, pero siempre hay algo que se cuela.
Y en este sentido, ¿qué opinas del uso de la inteligencia artificial en el sector?
Yo creo que para literaria no sirve porque hay que cambiar mucho. Las convenciones, por ejemplo, de diálogo, de marcar algunas cosas… son completamente distintas.
Hay que ir con muchísimo cuidado porque incluso hay programas de traducción automática que dan esta falsa impresión de corrección y luego te la pueden meter doblada. Y también con cómo vendemos estos programas: o sea, siempre con esta advertencia de que si se usa, un profesional tiene que estar ahí detrás para ver que todo esté bien. Al final tenemos que hacer esta labor de concienciación, porque si no, al final se empobrece la cultura en general y vamos a perder también esa cosilla que nos hace únicos.
Tenemos un par de cuestiones que quitan a nuestros jóvenes seguidores: ¿cómo se pueden encontrar prácticas en empresas para empezar en el sector y no morir en el intento?
Si aún estás en la universidad, tienes que preguntar por las bolsas de empleo y por los contratos que tengan con centros de prácticas o agencias. Y si no, también se pueden buscar por uno mismo. Es decir, a veces es interesante tener un poco de iniciativa:
Yo no me planteé ofrecer prácticas hasta que alguien de una universidad me dijo, me gustaría que fueras tú, ¿te interesaría?
Y que sea un sitio en el que realmente vayas a traducir, porque es lo que se necesita: práctica, práctica, práctica, práctica, que por eso se llaman prácticas.
Finalmente, ¿nos puedes dar alguna indicación sobre si te ha servido el máster en traducción audiovisual?
Muchísimo, pero también porque lo enfoco ahora de otra manera. Cuando yo terminé la carrera, supongo que como les pasa a muchos, no sabía por dónde empezar y decidí seguir con el posgrado de traducción literaria para seguir formándome y no sentir ese vacío justo cuando terminas la carrera.
Pero aproveché mucho más el máster que hice después de audiovisual, porque ya tenía un recorrido, puedes exprimir un poquito más a los profesores porque sabes lo que quieres. Aprovechas las cosas de otra manera. Además, ya había empezado a traducir subtítulos y me encantó. Entonces decidí profesionalizarme un poquito más en esto. Por eso, el consejo que doy siempre es:
Sí, lo quieres hacer perfecto, pero yo creo que a veces lo aprovechas un poquito más cuando ya tienes cierta experiencia.
La traducción literaria, una carrera de fondo
Como vemos, cada libro traducido es un mundo único y una nueva oportunidad para aprender, lo que representa un universo de retos y satisfacciones que hace de la profesión un trabajo enriquecedor. Además, como Scheherezade muestra con sus palabras, requiere pasión, habilidad y creatividad. Pero también mucha, mucha, mucha iniciativa.
La clave está en la formación, la práctica y la búsqueda constante de oportunidades. Y quién sabe, tal vez algún día seas tú quien dé voz a las grandes historias en otros idiomas y trabajes para una buena empresa de traducción.
¿Y tú? ¿Tienes algún libro que te haya cautivado gracias a su traducción? ¿Quieres emprender en el mundo de la traducción literaria?
¡Aquí tienes la entrevista completa para conocer todos los secretos que se esconden detrás de este maravilloso mundo!